Hoy contemplo tu carta que en la mesa tengo.
Desde que llegó la he leído tanto,
que sé de memoria lo que tu mano escribió.
Es como una barca que entró en mi puerto
y allí ancló;
es descubrir el sol en los días grises
y tener el recuerdo de lo que me dices;
es cerrar los ojos al anochecer
y ser yo la luna que sueño vela;
es desear seguir viviendo
para esperar tu carta y volverla a leer.
Tu carta es el sol que despierta
las musas profundas que esconde este poeta,
y que viven muy dentro, metidas en mi pecho,
para darte mi amor descifrado en mis versos,
y leer tu carta sentado en mi lecho,
dejar de mi alcoba las puertas abiertas
y esperar por tus cartas, como mariposas
que vienen buscando el amor de mi huerto.
Y un lucero, allá lejos,
junto a las estrellas,sentirá mi tristeza,
mi dolor y mis penas,
y alumbrará el camino para que no se pierdan.
Yo, sentado en mi lecho,
esperando tu carta...
Lorenzo Martin -Nueva York-
No hay comentarios:
Publicar un comentario