Corazón Mecánico
Mario se levantó con el corazón latiéndole a mil por horas a causa de un agitado sueño. Secó rápidamente su frente sudorosa y comenzó a buscar sobre la mesita de noche las cerillas para encender la lámpara de gas.
Se asomó por el ventanal respirando profundamente, mientras observaba la desolación. Una leve lluvia ácida caía sobre los viejos edificios. El cielo llevaba meses oculto tras una enorme nube de cenizas volcánicas y los expertos aseguraban que aún faltaban años para que la atmósfera volviera a limpiarse.
Para cualquiera, ese era un ambiente falto de esperanzas, pero para él la esperanza que lo rodeaba era lo único que lo mantenía con vida.
Se dirigió hacia la cocina parándose delante del gran congelador, pasó los cerrojos de cobre y levantó la tapa con las manos temblándole levemente, permitiendo que el humo helado escapara mostrándole el rostro angelical de su amada.
Lucía se encontraba allí, dormida, descansando en su cama de hielo esperando regresar a la vida. Acarició su pálida mejilla y luego volvió a cerrar el artefacto mientras dos lágrimas escapaban de sus ojos.
Tenía fe de que pronto lograría hacer funcionar el corazón artificial, las pruebas cada vez daban mejores resultados. Faltaba menos tiempo para tener a Lucía a su lado, llenándolo de dicha.
Sintió en su pecho un dolor agudo que lo ahogaba, se golpeó dos veces esperando sereno a que su corazón volviera a bombear, comprendiendo que después de hacer funcionar a Lucía debía solicitar la revisión de su órgano artificial, pues ya no le generaba los impulsos necesarios y los agitados sueños empeoraban su mecanismo, amenazando con ponerlo a él también fuera de servicio.
Jonaira Campagnuolo(Venezuela)
Publicado en la revista digital Minatura
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Hace 1 hora
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