NO DEJASTE EL CORAZÓN
Allí dejaste tu collar de perlas.
También quedó en la mesa
un brazalete de oro
y unos pendientes de plata.
No vi tu pobre corazón.
Ese no te atreviste a dejarlo.
Yo me lo llevé todo
pero abandoné mi corazón
porque ya no lo necesitaba.
Ahora vago de taberna en taberna
escanciando copa tras copa
para olvidarme de este amor
que me aprieta el alma.
Junto a la muralla lloré
al no recordar el color
de tus ojos traicioneros
mientras vomitaba el vino.
No he dormido esta noche,
no he dormido,
porque la luna llena
iluminaba el cristal de mi ventana.
Mañana cuando me levante
dejaré en la cama
el anillo de oro fino
que un día me regalaste.
JOSÉ LUIS RUBIO
lunes, 23 de enero de 2012
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