ARTÍCULO

JULIO ITUARTE

EL AUTOR DE “EL ARTISTA MUERE”

Por Juan Cervera Sanchís

Los melómanos mexicanos del siglo XIX tenían predilección
por la fantasía musical, compuesta por Julio Ituarte, “El
Artista Muere”, y solían expresar tras escucharla:
-“¡Pero no debería morir!”
Lo cierto, empero, es que sí, que al igual que todo lo demás,
el artista también muere.

El 15 de septiembre de 1905 moría en la ciudad de México
Julio Ituarte, donde había nacido en 1845. Contaba con
sesenta años de edad.

A más de la citada composición, que fuera tan popular en
su época, Ituarte había compuesto otras fantasías musicales,
como la titulada: “La aurora y la tempestad”. Junto con ello
tuvo la feliz idea de jugar musicalmente con las canciones
populares que se escuchaban por todas partes, sorprendiendo
al público culto con un caprichoso concierto que llamó
“Ecos de México”, que fue un enorme éxito. Este innovador
concierto lo realizó en base a canciones popularísimas, como
“Las Mañanitas”, “El Guajito”, “El Palomo” y otras del
gusto general.

Introdujo así la música popular en los círculos de los llamados
exquisitos y extranjerizantes de la llamada “buena sociedad”,
que gracias a Ituarte se mexicanizó un poco.

Durante un bien tiempo “Ecos de México” se escucharon,
tocados por todas las bandas, en todo el país. Incluso ya
entrado el siglo XX, y cuando el compositor había desaparecido
físicamente, se seguían tocando. De seguro que si alguien hoy
los volviera a tocar todos los volveríamos a disfrutar, pero
en este mundo de olvidos no hay que esperar peras del
olmo, y menos justicia artística y musical. Lástima.

Hasta más o menos los años de 1910 y 15 se escuchaban
en México todavía composiciones populares como las citadas,
y otras como “El Perico”, “Los Enanos” y “El Butaquito”,
recreadas todas ellas por el maestro Ituarte en sus “Ecos”.

Hay que decir que desde niño tuvo muy buenos maestros
de música. Dos de ellos notabilísimos: José María Oviedo
y Agustín Banderas y, por sin fuera poco, más tarde, tomó
clases de piano con el genial don Tomás León, que era la
suma celebridad del piano en el México de su tiempo y,
además, con Melesio Morales.
Tras recibir una sólida educación musical, Julio Ituarte,
hizo su primera presentación pública a los catorce años de
edad, pues tuvo mucho de niño prodigio. Ello fue en
1859 y nada menos que en el Teatro Nacional y en un
beneficio al compositor Cenobio Paniagua