lunes, 25 de abril de 2011

TALLER LITERARIO

PRIMAVERA

Almendros y cerezos
me anuncian su llegada,
vistiendo sus ramas
de palomas blancas y rosadas.
Y la luz que crece cada día,
y el azul intenso de las aguas,
y las flores que despiertan del letargo,
y los insectos que acuden en bandada,
y el azul celeste de los cielos
con motas de color volando despistadas.
Así llega cada año
despertando al amor y a la esperanza.

VIRTUDES ROLDÁN

LA PRIMAVERA

Es prácticamente casi imposible a estas alturas decir algo original sobre la Primavera.
Estoy segura que mucho antes que la humanidad aprendiera a comunicarse con signos gráficos, nuestro ancestros neardenthales los cuales nos superaban en capacidad craneal, y su percepción extrasensorial dicen los expertos era mayor le haría alcanzar en primavera a sensaciones impensables para nosotros los “sapiens modernos”. Los cromagnones y los que les siguieron debieron a su manera celebrar y llenarse de júbilo y alegría cuando llegaba el buen tiempo que les permitía salir al exterior y empezar la temporada de caza. Primavera. Las especies que les suministraban alimento tenían nuevas crías lo que les permitía mantener a las propias y continuar su propia especie. Ahora se llevarán a cabo nuevas hazañas que les servirán de entretenimiento en las largas noches de invierno alrededor del fuego. Los egipcios, sumerios, fenicios y otros allende de los mares orientales ya escribían y ensalzarían poéticamente la belleza reflejada en las mejillas de las jóvenes arreboladas por el calor tanto de la temperatura interna como externa. En el medioevo juglares y trovadores poetas, dicen, que siempre enamorados de la galana doncella que les inspiraba, le daban al dulce devaneo tanto carnal como la mayoría de las veces platónico con enervantes versos y glosas a la belleza, color y olores de flores, escotes y dorados cabellos. En el Al Andalus, todo era igual excepto que el cabello se tornaba azabachito, azulado como ala de cuervo. Ojos almendrados y demás tópicos.
¡Oh, pintores, poetas, escultores del Renacimiento que maravilloso pretexto os ofrecía el cambio de estación, fuente de inspiración in infinitum. Pero donde se glorificó, enalteció y sublimizó Ella, la Primavera, fue en el Romanticismo. Se podía morir de amor en Primavera.
¿Y queréis que yo, pobre mortal, pueda decir algo nuevo e interesante de la Primavera? ¡Mi osadía no llega a tanto!

CONCHA GOROSTIZA

LA PRIMAVERA

Recuerdo un viaje en primavera,
un viaje aquí en España.
Mares rosas de flores de almendros
batallones de verdes olivas
y vistas para alegrar el corazón
me regalaron un viaje inolvidable.

Comenzó en Denia
con quince de exploración
una ruta sin extranjeros,
una ruta entre las montañas.
Me quedé en los campings
con mi autocaravana y mi perrita.

Llegué a Segorbe
a un camping en lo alto
con vistas de 360 grados
y en el crepúsculo
vería muy pocas luces
con un sentido de aislamiento satisfecho.

Seguí a Villamartín
el mundo moderno a lo lejos;
un prado, un río helado,
nieve, campanas, soledad.
Un hombre de Perú, llevándome
al pueblo, pobre, pero precioso.

Volví al siglo veintiuno
en Haro. Al pie del pueblo
había un río corriendo locamente,
cigüeñas blancas buscando
trocitos para construir sus nidos.
Buen vino de Rioja, momentos mágicos.

Me reuní con el mundo de camiones
para llegar a San Juan de la Canal
a las afuera de Santander,
las playas contaminadas por el petróleo
de un barco hundido por las olas.
Al día siguiente me embarcaría.

Miré a España en la distancia
me senté en la cabina del barco
pensando en la belleza,
en la amistad, en la naturaleza
de las cosas que había visto
en el viaje de la primavera.

ANNE SAMPSON

LA PRIMAVERA

Ya está aquí como todos los años siempre expone su belleza, hace renacer la vida en las plantas, en las aves y en muchísimas especies de peces.
Se aparean y se multiplican, en definitiva hacen que el ciclo de la vida continúe. El clima de la tierra cambia, nos desprendemos de varias prendas de vestir, los días son más largos, deja de nevar y los frentes fríos que nos aportan la lluvia casi desaparecen.
Los prados, los montes y los mares cambian de color y olores, todo es distinto da más gana de viajar, de andar por las calles y plazas. Se sonríe más, dan ganas de vivir, es esperanza.
Pero por desgracia no es así en todas las partes de este mundo. Uno por culpa de la naturaleza y otras por la ambición de los hombres.
Primavera nuclear en Japón y en el Líbano primavera de guerra. En Egipto y Siria muy parecido y hay más. Puede que llegue el día que la ambición del hombre haga desaparecer al hombre, es verdad que no sabemos el rumbo que llevamos, espero que el capitán de con tierra pronto y reaccione.
Y si cambiamos las leyes que se ponga en el primer renglón: Los hombres tienen que amarse, respetarse y compartir las riquezas de este mundo.

ANTONIO BASALLOTE

LA PRIMAVERA

Por el sendero la vi venir
con aromas de jazmín
con colores de arco iris
envuelta en aguas de rocío
acompañada con trinos de pajarillos.
Con caricia de calor y suaves
brisas del mes de Mayo.
Serena, por el sendero la vi
llegar; tapada de un verde
manto enloñado de bellos
colores que a su paso al
campo iba adornando y con
su fragancia el ambiente perfumando.
Por el sendero la vi pasar cargada
de florecilla de entusiasmo y
alegría a rebozar.
Al verla la sangre se me altera
el corazón se me acelera pues
ha llegado “La Primavera”.

CARMEN PÉREZ MARTELL

LA PRIMAVERA

Después de un crudo invierno donde la lluvia, la nieve, el frío, han castigado a la naturaleza llega la primavera que lentamente, poco a poco, con la ayuda del sol, hace renacer los campos y los jardines. Todo se altera. Todo se llena de vida. La solitaria amapola nace a un lado del camino. Las margaritas llenan terrenos sin cultivar. Florecen los naranjos y su bella flor blanca nos embruja con su olor. Corren las aguas mansas y las golondrinas en ellas mojan sus picos para ir, sin prisa, construyendo sus nidos bajo los aleros de casas abandonadas. Las plazas se llenan de risas de niños que juegan al sol. Es hermoso pasear a la orilla del mar y dejar que las olas nos moje los pies. Es impresionante ver ocultarse el sol, allá a lo lejos, detrás del faro del Roche. La primavera ha llegado un año más a llenar de color y vida a la dormida naturaleza que recupera fuerzas y sonríe porque ni el frío, ni la lluvia han podido destruirla. Está de nuevo dispuesta a seguir viviendo. A continuar su complicado caminar y a llenar nuestros ojos con su sorprendente belleza que nunca desaparece, que siempre está ahí, a nuestro lado.

JOSÉ LUIS RUBIO

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