Preserva sagrado Don
fluyendo verdadero de quien ama
acompañando los senderos
de cuantas veces infinitas das.
Levanta las mañanas al momento
de conceder querer porque ama,
noble pasa a la brevedad buena
de gratitud al hijo consiente cariño.
Bendice con palabra espiritual
del amor que arropa,
a sangre rompe los silencios
en fuego divino que arde a su mirada.
Regala el sosiego rogando al cielo,
asume siempre del perdón
dejar entre abierto su corazón
palpitando felicidad de quien consciente al hijo.
Aun arrugado de sus desvelos
aun navegando los soles,
nutre entre abrazos sed de ser
padre de mil batallas en alma mía.
Amado Padre Felicidades.
José Nieto
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