Entre los arrecifes de coral,
con mi vetusta barca zozobré,
en medio del terrible temporal,
a un canto sin igual yo desperté;
quizá mi mente insana mal estaba,
con ese hermoso canto, son del mar,
pensé, _llegó el final o alucinaba_
y el dulce canto aquel, llegué a amar.
.
Desde entonces buscaba la ocasión,
para siempre tratar, de al mar volver,
pues perdí entre las brumas la razón,
por la esperanza de poderla ver.
Ah, tú hermosa sirena tez morena.
con tu dulce cantar curas mi pena.
George Rivas Urquiza -Perú-
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