Esta mañana vi en la playa en una zona apartada, a una joven guapísima tumbada desnuda sobre la toalla, tomando el sol. Los ojos se me salían de las órbitas, el corazón parecía un caballo de carreras, y la boca se me hacía agua y babeaba.
Me acerqué a ella decidido y al darle la sombra en la cara abrió los ojos y me pregunta:
—¿Le pasa algo? ¿Nunca ha visto una mujer?
— Perdona pero llevo 15 días sin comerme una…
— Pues entonces ya puede usted bañarse, que no se le va a cortar la digestión.
¡Qué mala suerte, joé! Dicen que todos ligan en verano y no hay manera
JUAN PAN GARCÍA
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