jueves, 17 de junio de 2021

EL LABERINTO DE NUESTRA MENTE

 

Cuántas veces tú y yo, 

agobiados 

por los avatares de las

circunstancias, 

cerramos los ojos para 

escaparnos 

de la cruel realidad que 

nos agobia. 

Entonces sucumbimos al 

el escenario 

del laberinto, de nuestra 

propia mente, 

- como aquel viento, que 

no trae melodías

y perfumes de violines 

y rosas, sino 

que regurgita, saña y la más 

agria hiel, 

en severa y amarga migraña. 

Creo que de todo podemos 

intentar escapar, 

pero jamás del implacable, 

severo y justo 

juez, de nuestra conciencia. 

Es entonces, 

cuando solo navegamos 

en círculos 

concéntricos, cual zombies 

errantes, 

sin oficio ni beneficio. 

En ráfagas de incertidumbre 

vamos a la deriva, 

entre bosques inexpugnables, 

que llevan a todos, 

lados pero a ninguna parte, 

y a veces nos 

perdemos entre la espesura,

de la más 

absurda intrincada maraña. 

Todos no vigilan y todos 

nos maltratan, 

sin más luces celestes 

de auroras, 

entre sombras adormiladas 

de fantasmas, 

las que adrede te envuelven, 

atan y atrapan, 

impidiéndote ver ésa luz al 

final del túnel, 

y que siempre hay una salida.

George Rivas Urquiza -Perú-

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