¡NUESTRO!

Mitad en mi complemento y boca para decírmelo quedo en susurro... ¡amor mío cuanto te quiero! ¡Nuestros! Barco a la deriva mi hembra yo su capitán y en mis manos el timón, atento y más presto siempre escribiéndole al itinerario de sus húmedos besos. Nuestros, gotas inseparables de aguas que fluyen dentro de nuestros mares de amor en deseos. Amor mío soy tuyo como arenas juntas del seco desierto o esa lluvia pertinaz que todo lo inunda dentro de un ahogo... eco en el eco si el alma vive para ti y cuando te pido más; siempre ahogas un suspiro porque en el éxtasis que te hago sentir, te cuesta tanto mantenerlo despierto.

Agustin H. Castañeda