"El análisis científico confirma -sobre el plano psicológico y sociológico- lo que los estudiosos han afirmado una y otra vez:
Las dictaduras de todo tipo, entre ellas el fascismo, el totalitarismo, las oligarquías, etc..., largo, en sus expresiones políticas de dominio y más, son el miedo a la libertad y gobernarse uno mismo. Este no es un fenómeno accidental o de una época o momento de un país determinado, sino la manifestación de una crisis profunda que abarca los orígenes y cimientos mismos de nuestra civilización en su organización, instituciones y sus culturas.
Es el resultado de contradicciones que amenazan destruir, no solo la cultura occidental, sino a la humanidad misma. Eliminar el peligro de las dictaduras, del fascismo u otras, significa suprimir aquellas contradicciones en su doble aspecto: estructural y psicológico, eliminar privilegios absurdos".
El fin de la guerra nunca termina este peligro: Solo se han abierto un paréntesis que puede ser aprovechado para llevar a cabo esta obra, pero hasta tanto la estructura individual y lo psico-social, con sus aspectos psicológicos y morales correlativos de la formación de la personalidad del individuo por el entorno social, permanezcan invariados, la amenaza de nuevas servidumbres no habrán desaparecido." Fin de la cita.
Nos interesa aquí, la expansión de la democracia, bien diseñada y practicada, con transparencia e imparcialidad, no una fachada. Con la capacidad de autogobierno elegido por sus ciudadanos, con sus diferentes poderes elegidos y cada uno con sobrada autonomía.
Con aptitudes y decisiones racionales en aquellas esferas en las cuales, en tiempos pasados, dominaba la tradición, la costumbre, el prestigio o la fuerza de una autoridad supuesta.
Ello significa que la democracia puede subsistir solamente si se logra un fortalecimiento y una expansión con principios universales, una personalidad Ethica y derechos humanos de los individuos, que los haga independientes de dominios extraños y dueños de una voluntad, un pensamiento general y una información auténticamente verdadera y nada maquiavélica. En su dimensión psicológica, la crisis afecta justamente a la formación de la personalidad humana.
Antonio J. Rivas M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario