No fue creado para la soga
gregaria ni para la cera del ritual.
Tampoco para la horma niveladora
de la zapatería de este siglo,
falacia engañosa en un zoco
de verborrea manida
y por completo estéril.
No apareció en el mundo para el tiro
del forzado trabajo
ni, en consecuencia, del árido deber.
Altivo con los soberbios,
sube a las altas almenas
de su castillo independiente,
se distancia en desdeñoso silencio
o monta el caballo alado
de la poesía. Explorador
de innumerables selvas en los sueños.
Albatros indómito
bajo las nubes marinas de la libertad.
Sin embargo es humilde
para Ti, supremo don de su vida,
y postrado no deja
de adorarte, escabel
de tu trono, ramo ofrecido
como el más miserable
de los peregrinos
y el más dispuesto también
a darte todo lo que atesora.
La veta principal del diamante
se halla sumida en la profunda
carne de la tierra
y el lago cuyas aguas
exceden la medida de la pureza
reposa recluido
en la oscuridad de su gruta...
Como a ellos, tampoco es fácil
llegar al corazón del poeta,
aunque si tú lo buscas
puedes estar segura de ganarlo.
RAFAEL SIMARRO -Ciudad Real-
No hay comentarios:
Publicar un comentario