Dentro de la fe que me inspiras Jesús cristo, mío... Elevame a tu cielo, lléname de fortaleza y dame tu gracia, no me dejes solo dentro de ese gran vacío... ¡donde a veces me pierdo! No me hagas perder la esperanza y nunca la sonrisa, que hace... mueve, habitar tu alma...visitar tu casa, seguir tus pasos... soy un mundano que necesita tanto de ti, nunca sueltes mis manos... No cambies mi forma de ser, ni lo que humilde tú... le has dado al alma mía; corrige y nunca abandones a mis hijos, la gente humilde, ayúdanos... al mendigo que está al intemperie y sufre de frío, al enfermo y al desahuciado, al desventurado, al que sufre de penas de amor y al de carácter arrebatado... dale la nobleza y sentimiento, al desamparado... a la madre joven, soltera... Dale como siempre buen fruto a la tierra, que de ella depende al igual que todos mis hermanos... Dale justicia al más necesitado y la oración que alivia, que da fe y cura... que enaltece nuestro espíritu, nunca nos sueltes de tus hermosas manos...
¡Amén!
Agustín H. Castañeda
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