Hay distintas formas de ver pasar
la vida, de contemplar lo bello
o lo siniestro, que ha quedado perpetuado
en algún sitio.
Son esas marcas, espejos de otros tiempos
que vuelven a la memoria
y nos recuerdan que una ciudad
también carga con una cruz en sus espaldas.
Es el peso de la historia, de las batallas
aún pendientes, estigmas que nos acompañan
estemos donde estemos.
Como esa dama viajera, que ama
a un hombre, pero que de tanto
en tanto necesita cruzar
el corazón de Buenos Aires.
Del libro "Bajos fondos del alma" de
Luis Raúl Calvo -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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