Laurita dice:
Cuando se trata de decidir sobre cosas inciertas,
yo confío mucho en mi estomago...
Alfredito le replica:
Pues, mucho cuidadito, ya que,
cuando del estómago se trata,
tener cuidado se debe, porque
el estómago es indeciso cuando de
infecciones en la panza se habla,
y es que la desconfianza gana,
porque en cualquier momento no idóneo
se suelta, corre y que te alcanza o
se afloja dejando salir toda la miseria
humana que ahí en el culo se guarda.
Y yo les complicó:
Bueno pues, si de estómagos y
de desconfianzas se trata,
me pongo de lado de la panza,
a ella le doy mi voto de confianza.
Porque cuando se trata de bienes o males,
del alma o corazón su consejo nos gana.
O si se trata de odio u amor, es en el
estómago por donde la molestia se manifiesta,
los que también aconsejan.
Ejemplo diáfano de ello es el enamoramiento,
que invade el estómago, manifestándose con
mariposas que revolotean, ahí merito bien adentro y;
si trata de algún mal físico o emocional, es ahí mismo
en donde se presenta el síntoma que lo identifica:
diarrea por los nervios del sí que se espera;
náuseas vaticinio del nene que viene;
gastritis de tanto "chile" que te comiste...
por todo eso y muchas cosas más
le doy mi voto de confianza.
Pues el estómago sabe cuándo y cómo avisarnos,
de algo o de alguien que nos causa o puede causarnos
algún daño o descontento.
GILDARDO CARRIÓN
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