"Bueno",
la voz murmuró en mi oído, de manera muy suave, dulce y seductora
"¡Mi niña!"
Esa simple palabra hizo latir con fuerza mi corazón.
Esa palabra llegó a mi corazón, agitó ese extraño e indefinible sentimiento que surgió aquella noche cuando lo vi por primera vez, enmarcada por el libro del sol del atardecer.
Llamadas telefónicas... maravilla de la intimidad para los amantes que están separados por la distancia.
Las palabras susurradas tocan oídos y llegan hasta los labios uniendo a los amantes en un abrazo místico.
El deseo, más rico que el físico, aumentó en forma agonizante dentro de mi ser.
Las palabras de él tocaron con fuego mis oídos, sofocadas sólo después de la humedad de su presencia.
Finalmente, el sonido da una vía para el silencio.
"TE AMO"
resuena en mi mente mientras él se despide y el espacio separa a los amantes otra vez.
"¡¡TE AMO NIÑA MIA!!"
Tesoros susurrados que se acumulan en los sueños hasta que...
Gerrera Diosa Ishtar
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