La imagen
es indiferente al mensajero del deseo.
Ella murmura, viene y se va, nos cubre
como un río sin cauce.
La solitaria soledad se arrastra
como serpiente
hacia la fibra flexible del cuerpo (la voz).
Ese almizcle aromatizador de nombres, en mí,
chorrea juventud.
Del libro De claros y de sombras de Estela Barrenechea -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 70
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