jueves, 22 de septiembre de 2016

EL CARIÑO DE UNA VIDA


Juan Carlos y Pepi, un
matrimonio ejemplar, el
ya había cumplido, ochenta
y seis, años ella la misma
edad, Pepi, llevaba tiempo.
Que tenía una enfermedad,
pasados unos años, él la
tuvo que llevar, a un
centro especializado, donde
la iban a ayudar, pasados
unos meses.
Pepi, ya no conocía, no
recordaba, pero así y todo
él, iba a verla todos los
días, le encantaba, darla
su desayuno, cada mañana.
Un día el enfermero, le dice
si ella ya no conoce, ¿que le
mueve, a venir cada día?... él
le respondió, no recuerda mi
nombre, pero sí que soy su
AMOR.
Cuando me siento cada mañana,
me coge la manita, me la
aprieta con cariño, sabe
quién soy, no recuerda mi
nombre, pero sus ojos se le
iluminan.

AGUSTÍN RECIO BORREGUERO

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