CUPIDO EN DESATINO
Que intereses me enamoran,
que virtudes atesoras,
que mi alma enamoras,
y mis ojos ya no lloran.
Quién eres tú, caballero,
que amarme tú pretendes,
y por amor me comprendes,
amante y lisonjero.
Que será de nuestras vidas,
si esperamos con esmero,
si esperamos con denuedo,
nuestras glorias merecidas.
Qué dulce es tu mirada,
que fuertes son tus abrazos,
y yo me entrego a tus brazos,
tal cual yo, enamorada.
Éste es nuestro destino,
esta nuestra vida plena,
y nuestro amor el emblema,
de un cupido en desatino.
Hortencia Aguilar Herrera.
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