Aprehendo de dos niños
la poesía,
la sonrisa pura,
toda la sabiduría
en sus manos nuevas.
Mis niños son flores
—corola frágil,
tallo tiernísimo—
¡Espera!
Aún no los toques
porque se deshojan.
Del libro "Una extraña necesidad de canto" de
Cristina Berbari -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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