viernes, 1 de julio de 2016

¿DE QUÉ VA EL HONOR?


Seguramente cada uno tiene su opinión sobre que es el honor, aunque también es seguro que  muchas de estas opiniones se resumen si no a lo mismo, al menos a algo parecido. Para mí, por ejemplo, y reduciendo la noción, el honor significa no tener vergüenza de lo que vez en el espejo por la mañana. Por supuesto que lo físico en este caso no tiene nada que ver.

   Luego, rebota a mi testa un pensamiento lejano de que el amor propio es la verdadera fuente del honor, y pensándolo un poco me doy cuenta que fue Spinoza el que se exprimía sobre el honor de esta manera.

                                                                      En la cabeza de otros

   Más tarde Schopenhauer decía que “el honor es la opinión que tienen los demás acerca de nosotros, y en especial la opinión general de quienes saben algo sobre nosotros”. Lo decía en su libro: “El arte de hacerse respetar”, aunque creo que leí algo parecido en alguien de los estoicos (¿sería Seneca?), de cuales Schopenhauer se inspiró bastante. Pero entonces seria de vindicar que la definición sería algo más profunda, es decir, sería la opinión nuestra sobre qué es lo que otros piensan sobre nosotros. Un punto de vista, este último, algo existencialista sin duda. De hecho a mi parecer pueden coexistir y coexisten, ambas cosas a la vez: la opinión ajena y la tuya. Además Schopenhauer advertía que “la cabeza de los demás es un lugar demasiado desdichado para que en el asienten la auténtica felicidad”. (Su obra: “Parerga y Paralipomena”)

                                                                          ¿Me teme? Será que me respeta.

  A veces tengo la impresión que algunos nos volvemos honrados para compensar nuestros errores. Lo cual no está nada mal, sea que el proceso es consciente, o inconsciente.
    He oído a muchos, especialmente en mi país, clichear gratuitamente: ¿Me teme? Será que me respeta. Conclusión que a mí me parece muy lógica tratándose del mundo aviar, pero no para los seres humanos. Pues no son honores aquellos que recibimos de los que nos temen, sino hipocresías que aceptamos. Ante esta y otras razones, Horacio nos recomendaba (hace más de 2000 años atrás) despreciar los honores del mundo, para poder ser libre. La Biblia nos recomienda lo mismo.

   Asimismo, y volviendo un poco para atrás, entenderemos que el que se impone por la fuerza pierde en contenido humano, porque deforma su escala de valores al imponerse sin razón, es decir, por la fuerza. Sea esta violenta fuerza de origen físico, psicológico o político.

                                                       ¿Honor entre politicos?corrupt                

Bueno, y si hablamos de honor entre políticos… pues, a mí en este caso siempre me “asalta la memoria” una cita de Peter O´toole en Lawrence de Arabia: “Puede haber honor entre ladrones, pero nunca lo habrá entre políticos”. También creo que habrá políticos honrados (todos se consideran así), solo que son la excepción antes que la regla.

                          Lo único que te queda cuando la vida te ha quitado todo    

  Tal disposición y ciertos recuerdos me invitan a creer – con todo mi corazón – que cuando pierdes todo lo que has tenido, pero guardas tu dignidad y tu honor, escucharas una voz dentro de ti (aunque seas muy adelantado en años), y esa voz te dirá: aún no ha concluido el mundo. Aun tendrás tu posibilidad, en este mundo o en el otro. Es la voz de la esperanza. Sí, es verdad, el honor es lo único que te queda cuando la vida te ha quitado todo.

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Viorel Tsiple

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