Noches de hospital,
olor a enfermedad,
el tiempo que pasa lento,
voces,
gritos,
soledad.
Sentada en una dura silla,
observando de todos el afán,
caras cansadas,
rostros con hambre,
ansiosos de volver a su hogar.
Hacemos amigos en el dolor,
en la espera,
en el tedio,
nos apoyamos como podemos,
mientras cuidamos a nuestros enfermos.
Unos llegan,
otros se van,
unos sanan,
otros ya no pudieron,
en fin, es todo un proceso,
es la vida,
no hay remedio.-
Maria Ernestina Torres Sánchez
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