Al cielo diré en jaque el viento robó el sonido de mi silencio,
Arrancar de la noche quisiera de mirar la estrella que ilusiona nuestras vidas,
En la inmensidad de tus pupilas turbaron mi razón,
Preso de tus sentimientos nació un desorden en mi mente,
Convencido que mis sueños me arrastraban a la felicidad recorriendo mis venas,
Eres culpable de atarme a tan bello sentir, nunca sueltes mis manos o podría perderme,
Quebraste la armadura que habitaba en mí,
Mis sábanas se tiñeron en tormentas feneciendo en el alba,
He brindado en copas de vino a través de la distancia jurándote amor,
Confesaré que por tu sonrisa, capaz seré de rendirme ante el anhelo que respiras en mí,
Te abrazo a mi mente para poder vivir, no es suficiente el día en que nació,
Como imaginar pretender consolar el ocaso cruzando esta vida a tu lado,
Tú tan lejano amor me ha convertido en partículas de latidos de tu alma.
Cuanto te amo pregúntale a la luna es mi mudo testigo fiel,
Ella te dirá que soy preso de este bello sentir que me ahoga hasta el día en que estés frente a mí.
Alejandro Horta García -México-
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