¿Y mis hojas? Dormidas en el tiempo, calladas y adoloridas, mis hojas sin tus besos.
Te olvidaste de los dîas
cuando más te necesitaba.
Me cansé de oír tanto silencio, apaciguando
los fantasmas
de mi propia sombra...
Se durmieron las hojas de tus besos, se durmieron
en mi frente.
A veces en las noches imagino,
que aterrizan en el universo de mis ojos,
y entonces te miro,
como pájaro, como estrella,
como luna que juega,
como labios que besan
mis temores.
¡Ay! de mi, reloj de arena,
dormidas
las hojas de tus besos,
mis pies descalzos
pisando sueños.
Norma Pérez Jiménez -México-
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