EL CANTO
Sólo cuando el silencio es silencio
y se escucha a sí mismo,
es silencio el silencio.
Cansado del ruido, de su propio ruido,
el viejo ruiseñor, se refugió por fin en su silencio,
y supo al fin por fin lo que era el canto.
PERDIDO
Sin tu amor
anda perdida mi vida.
He perdido la cabeza,
mi cabeza se ha perdido
y yo ando más que perdido
de los pies a la cabeza.
¿Soy yo, yo? ¿Quién soy yo?
Yo ya no sé quien soy yo
y no lo quiero saber.
Que no, que no, ¡ay!, que no.
Entre los espejos rotos
y mi roto corazón
anda perdida mi vida
sin tu amor.
CANSA
-copla-
Cansa estar vivo,
se cansa uno de vivir,
pero aunque cansa vivir,
¡y mira que vivir cansa!,
uno no quiere morir
si es que para descansar
hay que dejar de vivir.
QUÉ PENA
-copla-
Le pedí peras al olmo
y aquel olmo me dio peras;
hay olmos que hacen milagros,
¡qué pena que no pudiera
yo hacer milagros y darte
a ti aquella vida nueva
que le pediste al olmo
de mi vida ya maltrecha!
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