Hoy me ayudas a venir a ti,
como un deshabitado recuerdo
que en tu boca invocó
el sabor de una fruta,
la marca de una ropa,
o quizás los dedos del aire
arrimaron a tu memoria
el embrujo de una loción.
Y así mi afortunado nombre
se hizo curva en tus labios.
Ahora que soy algo breve
como un manojo de palabras,
una copa bohemia de vino
con dos pizcas de metáfora.
Vengo a sentarme aquí
en esta esquina del jardín
porque me gusta verte llegar
como un hermoso poema
y ocupar todo el resto
de mi espacio en blanco.
Así cuando tu descansas
yo camino adentro de tus ojos,
y no termino de recorrer
lo que vives dormida .
Sé que piensas y me extrañas
porque en los sueños
paseas tu corazón en brazos
como a un cachorro.
y yo arrinconado dentro de ti;
grito que solo abras
la soledad en dos y
despertamos juntos.
Carlos Posadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario