En parmoniosa tranquilidad
Gira la tierra
Con que amabilidad
La saludan los planetas
Con que pasividad
El tiempo y muerte esperan
Con que agresividad
Tiemblan y desesperan.!
Y cada momento es un cerebro
Que enciende su lámpara
Para maniobrar su velero
Y someterlo a su nostalgia
Cada trozo luminoso de carne
Contiene gramos
De luz miserable
Y cada espasmo de la espuma
Es llanura
Que llorando se esfuma
Y escupo y nadan hormigas
Y elefantes en mi saliva
Y se enfrentan resplandores
En pacientes rezos de colores
La claridad de la fatiga
Es arena inmolada
Sin costura
Es traje silencioso
Sin botones
Sus ojales: ojos tristes
Y burlones
El oro traslada sus instintos
Relucientes en bloques
De besos
En coro le riñe
Al cielo inclemente
Y náufraga su
Carga en Oriente
Nuevamente a mi ira escupo
Y brilla y resplandece la Luna
Dónde juegan mil figuras
A la orilla de mi esputo
Y el verso sigiloso y acechando
Abriendo abismos
Cerrando ocasos
Anclado milagroso
A dos naufragios
Impregna de lunares
Sus dorados blancos
Es su vapor... ¡Es su humo..!
Denso transpirando
Y alentando
Avatares mudos
De ignorados aledaños
Vuela y bailotea
Sofocándose en esferas
Y se introduce
Al alma de la piedra
Y agitándola
Como presa vencida
Ahorcándola
La asfixia
Inyectándole
¡Sus tinieblas!
Alex Castillo Lynch
No hay comentarios:
Publicar un comentario