SOBRE ESCORIA
trazamos nuestros caminos
que creímos de hierro.
Sobre escoria
se fundieron en un punto de fuga
tantas querencias.
Y nosotros dos nos quedamos aquí,
al borde,
tirando los adioses que no usamos
a los charcos de veneno y sangre
que manaron al sajar esta tierra con carne.
Charcos que al evaporarse
para infectar nubes
le dejan los ojos sedientos
y la piel cuarteada,
tal que las rajas de mi lengua,
tal que las líneas de nuestras manos
donde la del Amor y la de la Vida
son las únicas que no se cruzan,
que siempre van paralelas
como raíles de tren
haciendo un camino
que creímos que era de hierro
sobre escoria.
Francisco Tomás Barriento Eusebio -Campofrío-
No hay comentarios:
Publicar un comentario