Golondrina rezagada del explosivo vuelo de la bandada,
Revoleteo al cielo verde, clamando una gota de tu suspiro de amor.
Caminan arrugados, polvorientos mis besos.. ¡ oh ¡ cruel soledad,
Sumergido en arcillas agrietadas por el sol, respirando llantos.
Llegan cantos de piñas y guayabas amarillas , maduras, dulces.
Indómita guerrera, vestida de monja, dispara con su arco flechas,
venenos de despedidas sin adioses …solo olvido, oscuridad, la nada.
Prisionero de nieblas en bosques perdidos, mojado de tu ausencia,
occiso sin dolientes, borrando tientas de poemas… buenas y malas historias.
Suenan ráfagas de soledades… como nadie lo creyera, apresuradas se acercan,
me alargo como el espejo mágico del río de la selva, tranquilo y oscuro.
Los perros insultan a la luna llena, luz al dorso desnudo, senos briosos …
se avecina la llegada del sol en el horizonte , en el mar de tus oleajes.
Es cierto, solo escuchando música….me olvido de todo, de todo,
debajo de un árbol centenario, mojado de lluvias de recuerdos tuyos,
los cristales en coros cantan tonadas, diciendo en ecos … tu nombre.
Solo caigo de rodillas en suelo llenos de hojarascas mudas y secas.
En el lúgubre bar, el humo baila con violines desafinados por las risas.
Ese día … liberé mi codiciado secreto, estaba escondido en el corazón
Galopando en danzas con los neones del parque solitario y florecido,
bailé con tu sombra, la canción más hermosa de todas las primaveras,
grite con todos los vientos del sur, norte, este y los del oeste del cielo
¡TE AMARÉ POR SIEMPRE … AUN SIGO , VIVO!
Álvaro Álvarez Rojas -Colombia-
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