Si a tu guerra me provocas
al sexo me he de aferrar;
alga que vive sin mar
como un musgo entre las rocas.
Si a sensual reyerta evocas
pierdo el control sin mirar.
Ceiba extraviada en palmar
que por su interior desbocas.
Vándala, hurtas mi intelecto
entre ritmo de caderas,
el movimiento perfecto.
Cuando enfría la caldera,
destaca el uso correcto,
gime sensual la pradera.
ROLANDO BLANCO PASCUAL
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