Encerrada entre
desteñidas paredes
esos muros de piedras
que me contienen
y no me dejan salir.
En este laberinto
de acertijos
sin respuestas
encrucijadas que
cierran el exterior
de este amor
inquebrantable
pero tan lejano
que me suelta de la
mano, y se pierde.
Golpeando mis ideas
sobre las murallas
de este cuarto oscuro
enmarañado
por ramas sin vida
que ni la luna
que acompaña
nuestra pasión nocturna
con sus destellos
ya no lo alumbra.
Dejando que mi cerebro
no descanse
elevando plegarias
al cielo
que ya no son escuchadas.
Y doy vueltas en vano
alrededor del aposento
cárcel de mi destino
encierro de mis anhelos
de esta maraña que me ahoga.
Tratando de hilar
este difícil rompecabezas
donde sus fragmentos
ya encajadas, se volaron
con el viento
y ahora
ya no encuentro
la forma de volverlas
a encastrar
en su lugar.
Y tú
y tu amor
pendiente de mi.
Y yo
siempre amándote
y desgarrándome
en esta soledad
de adivinanzas
insólitas charadas
ruegos y esperanzas
apresadas en esta
amarga habitación
donde ya no sé
que hacer
para escapar.
Exprimiendo mis ideas
para poder
resolver este misterio
que rodea este sino
de mantenernos lejos.
Encajando
pieza a pieza
en este tablero
complicado
de la vida.
Pidiendo al infinito
que ya cesen
estas angustias
de no saber cuando
esta encrucijada
se dilucidará.
Diana Chedel -Argentina-
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