Ella es un ave que
se disuelve en un
revólver. En esa
bala santa es una
beata, un
ciruelo maduro, con la
voz de una
joven S. & W.; siempre curiosa, siempre en
actitud cobarde y
de pólvora inyectada. Gime, entre canta algo en
la
chispa; es mi
decanto; lamo de
su cuerpo la sed y el
fulminante. Su
aliento tibio empaña el
mundo. Ciñe mi alma al
infierno en la boca de la tierra.
JULIO E. RUIZ MONROY
Publicado en la revista Ágora 3
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