¡Pobres reyes jubilados!
Ya en la vejez de su existir
viudos se quedaron.
Como la jubilación no les alcanzaba
los caballos tuvieron que vender
y los alfiles presurosos se fugaron.
¡Pobres reyes jubilados!
Sólo tienen a los fieles peones
y alguna torre eventual
que algún peón pueda conquistar,
sacrificando valeroso su vida
allá en el confín del tablero.
Néstor Quadri
Publicado en el blog inquietudesliterarias
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