domingo, 28 de abril de 2013

BALADA DE LA MUERTE Y LA GUITARRA


Así era tu nombre
la extensa homilía
cansada de rezar

Los labios una saeta
en el reclinatorio las sombras

Resguardando
el alto Silencio
que se siente desvestido
por el sudario de las cumbres

Pureza de satén
y el último velón
donde anidan los delirios

Inmensidad desconocida
solo profanada
por los ocultos estandartes

Así era tu nombre
una ventana de amapolas
y el cante jondo de las sierpes

LUIS ÁNGEL MARÍN IBÁÑEZ -Santa Cruz de la Palma-

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