No consigo detener el fluir de las aguas.
No consigo escapar de tus ojos negros.
No sé porqué miro al río
sin en él nada hay que me interese.
Libera mi iris de tu mágica influencia.
Déjame mirar libremente, arriba o abajo,
a los árboles que bordean sus orillas.
Déjame perderme entre las nubes
que adornan el cielo azul.
No me voy aguas abajo
porque estoy preso de tu encanto
aunque a veces me cansa
ver siempre el mismo paisaje
y escuchar el monótono correr de la corriente.
No me persigas, que no iré
a ningún sitio si tú no quieres.
Tranquilízate, calma tus nervios.
Aquí estoy a tu lado sin voluntad
para rebelarme contra nada.
Del libro inédito El beso de la muerte de
JOSÉ LUIS RUBIO
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