Mira esos cedros.
Dentro de ellos
se hallan los osos y águilas que partieron sobre sus raíces.
No es tan complicado de entender
lo que el cedro dice cuando habla con el viento:
habla de a quién lleva,
de cómo, aún, no está en el mundo del espíritu.
Nosotros lo tallamos
para dejarles andar su camino:
así, ellos nos protegen y ayudan en el nuestro.
Si alguna vez la palabra fue árbol solemne:
Tótem.
Del libro Liken de Alejandro Gómez García -Madrid-España-
Publicado en La Biblioteca
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