Duermes. Pero no, dormida mejor no te beso.
Tú me has dado el alma con los ojos abiertos.
Tú me has dado tu cuerpo. Y lo tengo.
No, dormida no pareces tú... No, no, mejor no te beso.
“Infiel” sería si te besara dormida.
No, no, durmiendo no te beso, mejor sino despierta.
Prefiero besarte cuando despiertes,
para concedernos mutuamente cuerpos y almas.
No, dormida no te beso.
Te beso y te besaré siempre despierta.
Bésame cuando despiertes...
Josep Esteve Rico Sogorb -España-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 55
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