Ha comenzado un nuevo día
y lleno de esperanzas
voy a hablar con Dios,
mas al llegar a la casa Santa
veo con tristeza las cosas del mundo,
la humanidad cayendo vertiginosamente
y arrojando por el suelo
la sublime escala de valores,
lleno de tristeza alcé los ojos
hacia el interior mismo de mi alma,
tratando de encontrar la sinrazón
porque hoy he visto llorar a Cristo.
Pasó un instante luego desde aquel entonces,
cuando vi gruesos torrentes de plasma
que cubrían la tierra,
y todo porque la gente
sólo piensa en diversión,
¿Y dónde está la moral?.
-por los suelos-
porque si de moral se trata
es muy difícil encontrarla
en este mundo corrupto,
por eso es que hoy,
he visto llorar a Cristo.
Al preguntarle así:
“¿Señor, porque estás triste y lloras?”
siento dentro de mí
una sensación jamás experimentada,
una tristeza profunda
que cala hasta el fondo de mi alma,
porque hoy, he visto llorar a Cristo.
Hoy he visto llorar a Cristo
por los errores de la humanidad indolente
que a cada instante entra al limbo
versátil e incoherente
envenenándose el interior mismo
del alma –si es que la tienen-
con la negatividad de los ideales
de ambición,
sin importarles a costa de que,
aunque para lograrlo, tenga que vender
hasta su propia carne,
por todo eso y por mucho más
hoy he visto llorar a Cristo.
Como figuras fantasmales
se desplazan silenciosos
sedientos de poder por el orbe entero,
los enemigos de la paz
en espera incansable y sediciosa
de poder sembrar el terror entre los hombres,
con sus crímenes sin sabor a gloria,
haciendo alarde de sus tentáculos
sin creer en la inocencia pura
de un niño que llora
suplicando clemencia en su inocencia,
inocencia que más tarde es ultrajada
por las aberraciones de la vida
y las inclemencias del tiempo
que hoy hacen llorar a Cristo,
y hacen llorar mi alma
sin comprender siquiera
porque escribo estas líneas,
sin saber porque estoy vivo
o acaso estoy muerto,
porque hoy, he visto llorar a Cristo.
Y grito como loco, y sólo
a lo lejos, el eco de mi voz
cual murmullo de reflejos inseguros
que llegan de la nada me responden:
“CRISTO LLORA POR TI HERMANO,
POR TODOS LOS HOMBRES
Y POR AQUELLOS NIÑOS INOCENTES
QUE MAÑANA POR JUGUETE
ESTRECHARÁN ENTRE SUS PECHOS
UN FUSIL,
Y TÚ SIN PODER HACER NADA”;
luego un silencio sepulcral
que estremece mi ser,
me retiro siempre con esta idea:
HOY HE VISTO LLORAR A CRISTO.
Hoy he visto llorar a Cristo
por el amor que sus ovejas no profesan,
hermanos,
luchemos para tratar de cambiar el mundo,
para que no se practiquen mas aberraciones,
para que no haya guerras
ni abortos, ni crímenes, ni muertes,
porque hoy, he visto llorar Cristo.
Doménico Galluccio Guisa -Perú-