viernes, 23 de octubre de 2015

REFLEXIONES DE UNA NOCHE


En esta noche extraña,
la mente navega.
Navega por mares
casi insondables,
pero cuanto más navega,
más se hace idónea.
Para aprender a nadar,
hay que meterse en el agua.
Aunque parezca turbia,
a veces es necesario
atravesar la basura,
para llegar a un lugar
cristalino y puro.
Un oasis que puede estar
esperándonos.
Un cielo sin nubes.
Un sol a pleno
pero de verdad.
Una esperanza
que permanece
eterna en el deseo.
La vida es sorprendente.
Cada día nos descubre
y descubre lo que nos rodea.
Lo bueno, es estar
con los ojos limpios,
y la mirada serena
para ver con claridad.

Diosma Patricia Davis -Argentina-

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