Hay días en los que la incertidumbre se viste de día de fiesta
y la tristeza se convierte en charcos por pisar.
Hay miradas perdidas y miradas que revolotean,
hay miradas que son ojos de palmera.
Hay miradas como días
y miradas que son huecos de luz.
Ha miradas socavón
y miradas que peinan el viento.
Hay miradas agazapadas
y miradas como cestas de mimbre.
Hay miradas costura
y miradas sutura.
Hay días en los que la verdad mancilla la carne
y la tristeza es un velero en la memoria.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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