sábado, 14 de mayo de 2011

POEMA

MEDIDAS ORALES Y VISUALES
(En el verso castellano)

En verdad no hay rima pobre:

si el verso es claro y sonoro

puede valer más que el oro,

ya pulido bien, el cobre.

Procura que nunca sobre

ningún asonante intruso,

ése que con tanto abuso

mitad del verso lastima

y suena como otra rima

matando la rima (incluso).


No hay rima pobre si el verso

limpio de estorbos resbala

y hondo la conciencia cala,

suave y sin sonido adverso.

Cada bardo en su universo

sus propias ficciones, crea,

pero si a nadie recrea,

(nada en su verso equivale

a ser bueno)… Nada vale

si no transmite una idea.


Un verso de metro y cuarto

con otro de media cuarta

hace que el ritmo se parta

y sufra un terrible infarto.

Entonces es un mal parto

–se diría que un aborto –;

yo en realidad no soporto

los escribanos sin tregua

con los versos de una legua

seguidos de un verso corto.


No es referencia al conteo

de sílabas –que el sonido

ya se halla bien definido

por el mismo silabeo –.

Me molesta el renglón feo

sin adornadas cenefas

–que pasado en sinalefas

o de las mismas escaso –

crece en burlas de El Parnaso

con risas y burdas befas.


Un verso muy largo junto

con uno corto o mediano,

da la impresión de un enano

junto a Sansón, ya difunto.

En la vista está el asunto

y en los oídos también,

mas no vale rimar bien

ni ser del idioma experto

si no ha visitado el huerto

del Parnaso o del Edén.


Francisco Henríquez

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