Un despertar divino
Donde te sentí solo mío
Entre sábanas despertaba
Mi cuerpo glorioso
Abrazado al tuyo
Entre suaves y apasionados besos
Tus labios saboreaba
Lujuria desprendían nuestros cuerpos
En el placer de sentirte
cada día... En cada instante
Ardientes caricias en mi cuello
Tus manos recorriendo mis anhelos
Susurraban versos
eternos en mi piel
María de los Ángeles Ares Lago
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