SI YO HICIERA EL MUNDO

Lo que el Creador hizo con la costilla de Adán
es encomiable: una compañera.
Así -dicen- completó el mundo,
y nació la humanidad.

Si a mí me tocaría hacer el mundo,
lo haría con tu imagen mujer.
Lo moldearía en tu anatomía,
perfecta y proporcionada;
con tu cuerpo haría una gigante pradera,
con tu cintura figurada, las apetecidas bahías;
con tus pechos enhiestos, los oteros relevantes,
manantiales que aplaquen la sed humana;
tus ojos verdes pintarían el color de la flora,
tus labios puros serían las puertas del paraíso;
con tu risa edificaría la alegría;
con tu cabellera dorada haría las mieses del campo;
con tu rostro se cuajaría la belleza universal;
tu aliento sería la brisa primaveral...

Todo eso lo haría,
tú, como materia prima, me bastarías.
Modelo adónico, tienes la forma ideal
para el diseño del nuevo mapa,
empero, no me tocará nunca ese privilegio:
de contar con los cinceles
y usar los pinceles,
para maravillar un mundo imaginado con tu efigie.

JUGLAR LIBRE