sábado, 21 de abril de 2018

PARA MI LUNA


Decir que se adora a la luna es comprender lo que lleva de implícito el sentimiento. Al asentir que el nombre es el de quien cada uno elija. Es un demostrativo. Nombrar a
las noches y al arrullo, es un sentimiento muy tuyo que lo has de llevar a tu metáfora. Así continúa mi soneto liado en mis dunas, ligado  a tu piel.

Yo a la luna la adoro por su piel,
el nombre con que la llamo es el tuyo,
y no hay noche que no piense en tu arrullo,
en tus dunas de lianas gusto a miel.

Eres la hermosa estrella del gran riel,
del telón de mi noche que destruyo.
Al llegar la alborada y que no influyo,
por despertar con voz de luna infiel.

Por qué te quiero tanto luna nueva,
será quizás, que me pides a cambio,
que mi recuerdo no mude y, se mueva.

Persistir en mis besos labio a labio.
Aunque entre tú y yo, puede que llueva,
siendo tú la luz de todo mi agobio.

Persisto en mis besos, labio contra labio, boca contra boca, aunque sepamos que entre tú y yo, es posible que llueva a raudales y jamás 
nos podamos ver. Siendo tu y sólo tú mi luz. La que ilumina sin dudar
todos los minutos de mis días.

Emilio Moreno 

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