El otro día Juanito,
manzanas, muchas manzanas,
en un árbol divisó,
y sin pensarlo un poquito
él corriendo se trepó;
¡se saboreaba de ganas!
Mas, no se comió ninguna,
porque a cortarla iba él
cuando allí a su lado oyó
una abeja que zumbó…
Y, se le erizó la piel
cuando vio que no era una,
eran muchas, ¡muchas más!
Y rápido, como subió,
a cortar una manzana,
así mismo se bajó.
La idea ya era vana.
Manzana no quiso más,
pues las abejas zumbaban
muy cerquita de con él.
¡El peligro le advertían!
¡Sus piernas pronto bajaban.
Ya su miedo era a granel!
¡Sentía que lo seguían!
Una vez que se bajó
emprendió su loca huida…
Y tan de prisa corría
que, con un árbol chocó;
y en su frente, sin medida,
un chichote se le hacía,
mas de correr no paró
hasta que a casa llegó.
Cuando mamá preguntó,
le dijo lo que pasó.
Su experiencia relató.
Y también le prometió
a un árbol no subir
a cortar frutas ajenas;
no vaya a haber un panal
en sus ramas… Y vivir
no quiere las mismas penas…
¡Si esa vez ya le fue mal!
Adelina Corea
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