miércoles, 18 de abril de 2018

EL CAZADOR-CAZADO


Cuando vine de la guerra, nadie ni celebró,
ni lloró por mi regreso, quizás mi mamá...
del aciago linaje con que vuelven los héroes;
no fui capaz de vivir en los océanos sin nombre...

Lo único que supe y medio me dejaron hacer
para sobrevivir, fue un red y un candil de carburo
para hipnotizar y coger parvadas de pájaros "perdices",
-Esto muchas veces terminaba como el rosario de la aurora-
-siendo el cazador-cazado-.

Pues la guardia civil, que era muy fiel a los "señoritos"
y al régimen, y que por consiguiente quería mucho
a los pobres que andaban buscándose la vida
y un mendrugo de pan para sus hijos...

Pues le tendían verdaderas emboscadas...
y terminaban los pobres, junto al carburo,
la red y todos los pertrechos por el suelo...
Al otro día amanecían los -cazadores-cazados-
en el calabozo del cuartelillo, con un ojo "hinchado"   
y los señoritos del pueblo... "saboreando:
"perdigón trufado".

Así que sin poder hilar las luces y las sombras:
-eso hoy tampoco importa mucho que digamos-
Que vamos a decirle de aquellos altares que ellos
no vivieron ni conocieron... Esto para que lo comprendan;
tiene que ser de la "quinta del 40" o, haber
vivido la posguerra de aquella "España negra"...

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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