domingo, 25 de septiembre de 2016

SIN TÍTULO


Se va el otoño dejando tras de sí el vestigio
de luces de neón, la opacidad de una luna
tardía, el lejano resplandor de las
ausencias. El oscuro caminante se prepara
para celebrar la renovación de las
promesas, el canto que nace en las alturas
confundiéndose con la vastedad del
horizonte.
Anhela el corazón ese reencuentro y busca
el rumbo de los pasos perdidos. El camino
es una angosta cicatriz en medio del
desierto, más eso no lo arredra y avanza,
un poco vacilante y casi a ciegas, aunque
determinado.
Alguna vez supo del alma regocijada
aguardando el hálito sublime que diera
nuevo impulso a la poesía, esa que subyace
entre sombras y relámpagos. Desapegada y
esquiva. Febril y despojada. Por eso sigue
andando en medio de la nada.

Catalina Zentner Levin 
Publicado en Literarte 87

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