sábado, 24 de septiembre de 2016

CRÓNICA


En medio de la noche
20 puñaladas en el pecho.
20 puñaladas que fueron como colmillos de jabalíes
clavados en las entrañas de el suelo.
20 puñaladas. Bajo la sombra de la luna llena.
Ningún testigo se asomó al balcón
al oír los gritos quebrarse en la garganta.
Nadie vio, o no quiso ver nada.
Los 20 mordiscos de azucena marcados en el corazón.
Los 20 ríos de sangre,siguiendo la corriente de las lágrimas.
Las 20 astas de ciervos embravecidos,
atravesando las paredes del alma.
En medio de la noche 20 truenos de navaja
cortando la piel del silencio.
20 relámpagos de plata oxidada.
Y nadie escuchó nada.
20 puñaladas en el pecho en esta noche cerrada.
Noche donde la luna es un candil de escarcha.
20 de lirios afilados enterrados,
en un torso de mujer.
20 raíces de cristal fríamente clavadas.
20 navajazos por despecho.
20 zarpas de tigre arrancando una flor sin desconsuelo.
20 cruces de estaño
clavadas en el monte de la bajas pasiones.
20 rosas de acero perforando con sus espinas
el jardín de las penas oscuras
20. Fueron 20 puñaladas en medio de la noche,
¡Y nadie vio nada!
Pero todos los periódicos se hicieron eco
de aquellos 20 gritos incrustados,
en lo más profundo de las entrañas.
De aquellas 20 puñaladas dadas por despecho.
Una noche de luna furtiva. Y de pesado silencio.

Debora Pol.

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