A Amália Rodrigues, trovadora inmortal de la cultura portuguesa.
Sangra su alma en el Tejo
y su caudal se enrojece
con los fados y cantigas.
El río grita su nombre:
Amália! Ela é eterna!
Es el canto de Lisboa!
Ella es mi caudal en sangre!
Y quiere cantar su fado!
"Una niña muy hermosa
moja en las aguas sus manos
y recoge entre las ondas
ese canto desgarrado.
La luna, mirando ansiosa
la escena, ha descendido
y envuelve con su sonrisa
las viejas calles de Alfama.
Una voz suena en la noche,
una voz que nunca calla
una voz que siempre llora
en acordes hechiceros.
Se oye en la Rua da Palma
una guitarra perdida
que acude al oír el canto
a fundirse con sus notas.
"¡Amalia! Yo soy Amalia!"
y la guitarra comienza
con acordes doloridos
a nutrirse de su esencia.
"¡Soy el canto de Lisboa!"
La niña vuelve a su casa
con su mirada en las manos...
y al dormir... susurra un fado
ALBERTO PEYRANO -Argentina-
Publicado en Estrellas poéticas 63
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