Olvidé que mi madre
con dolor y coraje
me trajo al respiro
me dio su pecho
recitaba versos
Y en su regazo dor_
mido, me llevaba
a la cama me daba
un beso
Y mi paga a tanto
cariño:
llevarla a un asilo
donde la soledad
carcome sus ultimos
alientos, sus ultimos
años, allí vive a mis
espaldas, y llora en
silencio la crueldad
de mis actos
Mas no he podido
Olvidar amores
que me ultrajaron
pregonando mi
virilidad por doquier
dejando en tela
de juicio mi hombría
Y mis valores morales
Olvidé:
Que aquel amigo
mi confidente
mi brazo derecho
ese que mas que
hermano, consuelo
En mis horas tristes
Fueron más suyas
mis alegrías..
Fuimos travesuras
crecimos en andares
de inocencia y turbu-
lencias juveniles
Olvidados deambulamos
faltos de conciencia
navegamos en olvidos
nos desvío un presente
e hizo polvo, un ayer
tan tan hoy para mí
Olvidé
Que mi padre poseía
unas manos mal tra-
tadas por una conciencia
recta, ardua fue su agonía
vivida, mas su legado
diamantes
Olvidé
La humanidad que en
mi niñez, bañó de vida
mis vivencias
aquellos días donde
la ingnorancia fue
más inocencia,
donde el poco saber
humanizaba
Hoy saber es, sino
nimo de dolor, traición
Y burla
Olvidé
Amores que sin ser
amores, fueron más
fieles que amores
de firma y protocolo
allí no existía el metal
ése tan codiciado
en este presente iluso
Olvidé
Aquellos castigos
cuando de raya
me pasaba,
aquellos tablazos
que enderezaron
mis torcidos actos
fueron lecciones
que hizieron de mí
un hombre de bien
Hoy las lecciones
me las dan mis hijos
mi carácter fue invadido
profanado y estirpado
marioneta de sus antojos
Olvidé que no todo
se podía olvidar
que para crecer
se debía olvidar
Y hoy, una lágrima
brota nostálgica
vestida de dolor
y atragantada
rompe su silencio
y me condena
por mi falta de fe.
Armando Vasquez -República Dominicana-
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